Inspiración, ¿dónde te has metido?
Por una vez que te necesito, y me dejas aquí
hundido.
Vamos a ver, huidiza musa,
¿cuál es tu excusa?
¡Has descansado más que suficiente!
Quiero decir, llevo todo el año sin usarte
(pues escogí ciencias, no arte).
¿Y me faltas ahora, precisamente?
Mira tú, qué gracia.
Todo el curso aprendido de memoria,
pero para cuando quiero escribir una historia,
me abandonas…
Y eso ni tan siquiera
ha rimado.
¡Y cómo voy a rimar sin inspiración!
-ado con -ado e -ión
con -ión.
Mucho me has solucionado…
Pero un momento, ¿nos hemos visto antes?
¿No me conoce? Soy su
hemisferio izquierdo.
Pues… No, de ti no me acuerdo.
¡Calla insensato!¡No
me espantes!
¿Dice que lleva
estudiando todo el año y no sabe quién soy?
Pues ha de saber, muy
señor mío, que soy el encargado de la lógica,
y que son a mí
debidos todos sus aprobados, desde el comienzo de curso hasta el día de hoy.
¡Soy el maestro de
toda ciencia, tanto ética como tecnológica!
¿Y viene la inspiración contigo?
¡Bonita forma de
saludar a tan viejo amigo!
¿No le he dicho ya
que soy su razón?
¿Qué tengo que ver yo
con la imaginación?
Pero aun así, sé que
le pasa.
¡Pues suéltalo ya!
No va a gustar usted
de la respuesta.
¡Lo que yo temo es que ella no esté dispuesta!
Y no lo está.
¿Cuál es el motivo?
De todos los males,
el más primitivo:
se nos fue para allá.
¿Que la inspiración se me ha muerto?
¿Y cómo la he podido matar?
Pues a base de
estudiar.
Donde su señora tenía
maná, usted dejó todo desierto.
Para ser la lógica, te expresas de lo más
enrevesado.
Que tanta
memorización fue para ella demasiado.
¿No era usted
consciente de que la inspiración necesita improvisación?
¿Cómo iba su señora a
improvisar con tanta y tan rígida información?
Bueno… De algo habrá servido estudiar tanto.
Autores de la
Generación del 98. Cíteme dos.
Baroja… ¿Alberti?… ¿Galdós?
Si le escuchase ahora
su maestra de lengua, ¡qué espanto!
¿Y sabe vuesa merced
por qué no se acuerda de lo que memoriza?
Pues es debido a que
el estudio no cultiva: idiotiza.
Los alumnos, ingenuos
como ellos solos,
no saben hacer otra
cosa que hincar los codos.
¿Y qué se consigue con todo eso?
¡Lo que a usted le
pasa! ¡La muerte de la inspiración!
¡Que nadie avive el
seso!
Tal como lo cuentas, casi parece una traición.
Es traición, y más
grave que ésta no existe.
Yo, que soy pura
razón, lo veo,
lo veo, y no me lo
creo.
¡El estudio se da a
los jóvenes como a los canarios el alpiste!
Ya nadie crea, sino
memoriza.
Porque claro, un
vulgo inspirado no interesa.
Un pueblo imaginativo
cambios garantiza.
Y estable es como
ellos prefieren la empresa.
¿Pero quién es el que no quiere que pensemos?
¿Quién? Mejor será
usar el plural.
Son ellos quienes nos
crían, de su mano comemos.
Controlan este mundo,
pero traicionan al natural.
Se lo diré respetuosamente: ¿Le importaría parar?
Me está dejando una imagen de lo más sombría...
Ya nada se puede
hacer. Muerta la imaginación es. Usted vaya a estudiar.
Mañana será otro día.
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