martes, 2 de junio de 2015

Primer premio: Alejandro Rosales Huergo 1º Bachillerato B



¿Es un libro más libre que su autor?

El autor puede escribir su libro, pero el libro no puede escribirse a sí mismo, sin embargo, el libro es libre; libre como la luz que pasa a través de la cerradura de la puerta. Esa puerta que impide al autor ser un hombre libre. Es la puerta de los prejuicios y del miedo a ser uno mismo.
El hombre nace libre pero por todos lados esta encadenado; no son ataduras físicas, sino de la mente, que el hombre se impone a sí mismo o le son impuestas por la sociedad, la cultura y el tiempo. El miedo al fracaso, el miedo a no conseguir la aprobación de los demás. Pero un libro no tiene miedo; un libro es creado a partir de una opinión o una idea libre y así se mantiene. El autor escribe para sí mismo, por gusto. Cuando escribe es libre de opinar o escribir lo que desee, utiliza el libro como esa llave que abre la puerta del miedo y le conduce a la libertad.
El hombre deja de ser libre al estar condicionado por el pensamiento de otros hombres, por sus juicios. Un hombre verdaderamente libre es aquel que no está limitado por la opinión de otros, no tiene miedo al rechazo de su pensamiento; es valiente al pensar por sí mismo, no conoce el miedo y si lo conoce, es capaz de superarlo. La cuestión: ¿Qué dirán? No le afecta. Siendo esta una de las más fuertes cadenas que detienen al progreso humano, él, libre, las rompe. Al ser diferente se le llega a llamar loco, pero son los locos los que dan cuerda a la historia.
En ocasiones nuestro humor nos condiciona; la negatividad nos priva de la libertad de ser felices. Por eso hay que entrenar a la mente para ver lo bueno en todo. La prisa nos agobia y nos perdemos los detalles. La vida es bella, solo hay que pararse a mirarla. Es bella, por el simple hecho de que ningún día es igual al anterior o al siguiente y es nuestra responsabilidad el escoger ser libres, Pues solo la plena libertad nos puede dar la verdadera felicidad.

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